Chelsea 3-3 Everton: Terry rescata a los Blues en un gran partido



En un partido que debería ser parte de un programa institucional que explique que es la Premier League, el Everton y el Chelsea quedaron a mano en Stamford Bridge. Hubo de todo en este apasionante y polémico duelo: velocidad, fricción, golazos, pierna fuerte, juego asociado y demás características del fútbol inglés. Luego de una primera mitad demasiado trabada, el complemento no dio tregua a los aficionados de ambos clubes que presenciaron lo que fue uno de los mejores partidos de la actual temporada.



El partido comenzó con el Chelsea dominando el balón, haciéndolo correr de lado a lado para tratar de superar la sólida estructura defensiva de su rival. El Everton esperó con mucha paciencia, buscando salir en velocidad con sus tres mediapuntas y Lukaku como delantero en soledad. Llegando a los 7' de partido, todo sucedía en campo de los Toffees, pero los lanzadores del Chelsea no lograban ser precisos en tres cuartos de campo por lo que no generaron grandes situaciones de riesgo durante ese primer tramo de posesión inocua.

Una buena salida del visitante con Mirallas terminó en un cruce salvador de Zouma cuando el belga ingresaba al área listo para rematar a puerta. Ya en 11' de juego, el choque se hizo de ida y vuelta, pero con momentos de mucha pelea en el centro de la cancha. El trío de volantes interiores del Chelsea se logró imponer, permitiéndole a los Blues tener la iniciativa aunque también generándole una gran carencia ya que Cesc Fábregas al jugar más sobre el costado había perdido los espacios para asistir a sus compañeros.

Los de Hiddink eran sin dudas muy pacientes, más allá de no poder hacer eficiente la posesión del esférico. La idea principal era no desordenarse con el objetivo de sufrir lo menos posible los eficaces contragolpes del Everton. La línea de fondo del local respondió muy bien a los embates incisivos de Mirallas y Lennon, apoyados muy activamente por Oviedo y Baines en cada ataque. A los 15', Willian picó habilitado por el costado, recibió un gran pase entrelíneas y definió cruzado ante Howard. El internacional por los Estados Unidos logró salvar a su equipo con una atajada a pura ubicación y reflejos.

Lo mejor del Everton era Mirallas, muy movedizo y picante en el mano a mano contra los laterales del Chelsea. En la jugada siguiente, Barkley recortó hacia el centro, remató ante un defensor y el balón quedó suelto en el área tras impactar en este. Oviedo aprovechó que Courtois quedó descolocado y disparó con el arco vacío pero el balón salió muy cerca del parante derecho para tranquilidad de los fanáticos locales.

Lukaku armó una muy buena jugada individual, sacándose de encima a sus marcadores con mucha habilidad, pero su disparo cruzado no llevó nada de peligro a puerta y salió muy ancho por el lado derecho de portería. El Chelsea intentó reaccionar con una buena pelota larga para Diego Costa que batalló sobre la banda contra cuatro rivales, logró ingresar al área y fue bloqueado justo a tiempo por un contrincante antes de poder lanzar el centro atrás.

Hasta el minuto 40', el partido se hizo demasiado trabado aunque no predominó el juego brusco. Las dos defensas lograron repeler el peligro y mantuvieron la pelota lejos de ambas áreas. Mirallas rompió con esa paz armada rematando de media distancia tras recibir de Baines y chocando contra una muy buena estirada de Courtois que evitó así que su equipo se fuese al descanso en desventaja.




La segunda mitad tuvo un inicio fulminante de parte del Chelsea, que sin variantes tácticas salió a presionar bien alto sobre la salida del Everton. Las rotaciones posicionales en el mediocampo funcionaron a la perfección en los primeros cinco minutos, con una serie de coberturas óptimas. Willian y Pedro fueron las armas principales de los Blues, que en menos de un minuto lograron romper la línea de fondo rival y lanzar centros que no llevaron problema para Howard.

Los de Roberto Martínez no se salieron de su libreto: bien plantados en el mediocampo, con los laterales jugando como exteriores y el mediocentro retrasado para armar una línea de tres centrales. Los Toffees siguieron muy aplicados en el retroceso, con transiciones veloces tanto en ataque como en defensa. El gran fallo del Everton era que Lukaku estaba demasiado solo cada vez que tenía que recibir de espaldas a los centrales, por lo que no tenía opción de descarga. En la primera jugada que logró compañía, al minuto 50, el visitante enmudeció Stamford Bridge: Lukaku ganó por el medio, abrió con Barkley, este jugó rápido con Baines, el lateral llegó como una locomotora por el carril hasta el fondo, lanzó un centro bajo para Lukaku y Terry tratando de evitar el gol terminó metiendo la pelota en su propia valla.

El 1-0 era sorpresivo, pues el partido había sido parejo hasta ese momento. El Chelsea quedó golpeado y cedió pelota, terreno e iniciativa a un rival envalentonado. Barry volvió a ganar en tres cuartos, jugó con Mirallas y el belga habilitó a Barkley que con un remate muy potente dejó temblando el parante derecho del arco local. El triple cinco no estaba funcionando en el equipo Blue, por lo que Hiddink sacó a Matic, mandó al campo a Oscar y rearmó el 4-2-3-1 de siempre. 

Pero los golpes siguieron entrando por todos los sectores y el Everton dejó el partido a punto de hervor: Barkley encaró por el centro, buscó en corto a Lennon, el ex Tottenham al no encontrar espacio para rematar siguió la jugada con Baines y el lateral con un gran centro al punto penal asistió a Mirallas de cara a puerta. El talentoso volante dio un paso atrás y con un remate notable colocó el balón muy lejos de Courtois para poner el 2-0 en el marcador.

El Everton comenzó a mover el balón de punta a punta, ante un Chelsea muy fastidioso donde solamente Diego Costa parecía estar dejando el alma por recortar la diferencia. El español nunca dejó de luchar contra la defensa y de a poco abrió algunas grietas: a los 60' Costa recuperó la pelota cerca del área, tocó con Pedro, este con un Azpilicueta más activo por la banda que envió un centro impecable y Cesc con un taconazo sensacional forzó a Howard a una parada de película.

Parecía que el Everton, más allá de esa situación clara, iba a lograr liquidar un partido que dominaba y tenía en el bolsillo. Pero Cesc aprovechó un tiro libre en su campo, lanzó bien largo para Costa y el delantero, ante la mala salida de Howard y la sorpresa de sus marcadores, ganó la posición y remató suave ante el arco vacío para acercar al Chelsea a un empate que ya no era tan improbable.

El 2-1 no fue suficiente para los jugadores del Chelsea que empujados por un estadio prendido fuego, llegaron al empate en una ráfaga similar a la de los goles del Everton: Azpilicueta pasó al ataque tras jugar con Cesc, el catalán armó una pared magistral con Costa, disparó entrando al área y el balón se desvió levemente en un defensor para luego ingresar al arco. El 2-2 ya no habilitaba juicios acerca del merecimiento, si bien el segundo tiempo no lo había visto en su mejor forma, el Chelsea había logrado superar dos golpes muy duros con carácter e inteligencia. 

Hiddink realizó su segunda modificación con la entrada de Kenedy por Pedro. La apuesta era llevarse el partido renovando piernas por la banda. El local lució muy renovado tras el empate, adelantando sus líneas y lastimando con un Diego Costa fenomenal que no dejó de abrir surcos con su velocidad y potencia. Para el Everton, la cuestión ahora era como aguantar el resultado, algo que parecía muy complicado. Para colmo de males, Oviedo se retiró lesionado y debió entrar Funes Mori en su lugar pasando Stones a ocupar el carril. 

Ivanovic comenzó a pasar mucho más al ataque, pero sus centros no fueron tan precisos como para molestar a Howard. Martínez veía como sus pupilos trataban de bajarle el ritmo al partido sobre el cierre, tratando de frenar al Chelsea para luego ganarlo con un contragolpe letal. La presión del Chelsea en tres cuartos se hizo insoportable para el Everton, que se salvó de una situación muy clara cuando Costa no pudo empujar un centro bajo de Azpilicueta tras un pase exquisito de Kenedy por el costado.

Los vestidos de blanco tuvieron su gran oportunidad con un mano a mano de Mirallas, originado en un pase vertical de Besic, que Courtois tapó haciéndose gigante casi en la medialuna. Costa cayó lesionado en un gemelo y al no poder correr, Remy entró en su lugar. Martínez movió la estantería con los ingresos de Pienaar y Deulofeu por Barkley y Lennon. El sudafricano quedó como enlace y el catalán se tiró contra la línea para tratar de desequilibrar con su habilidad.

Mikel llegó en posición de remate luego de un rechazo fallido, pero el balón salió muy cerca del ángulo izquierdo sin que Howard pudiese hacer nada al respecto. Cesc jugó un gran pase con Remy, pero el francés no logró sacarse de encima a Funes Mori dentro del área y la jugada se diluyó. La réplica vino con un centro de Stones que Lukaku no pudo capitalizar por obra de un milagro. Ya sobre el minuto 90', Stones volvió a lanzar al área e Ivanovic le ganó el duelo al centrodelantero belga.

El balón fue al tiro de esquina y tras un primer intento rechazado, Deulofeu tomó el esférico, hizo la pausa y colocó un centro impresionante pegado al parante y por detrás de todos. Lukaku y Funes Mori llegaron ante la mirada de Courtois y el argentino empujó al gol con un gran gesto técnico en el aire, desatando el delirio de la afición Toffee sobre la que se lanzó de cabeza a festejar. El 3-2 le ponía fin a una muy larga racha de derrotas y empates en Stamford Bridge, pero los de Hiddink lejos estaban de tirar la toalla.

Kenedy intentó con un disparo desde la medialuna que Howard contuvo sin dar rebote. Luego Willian le ganó en el mano a mano a Besic pero el volante central se recompuso y logró desviar un remate cruzado con destino de gol. Cuando corría el octavo minuto de descuento - se habían anunciado siete- Willian centró, Ivanovic ganó arriba con tranquilidad, Oscar cabeceó en la medialuna hacia el punto penal y Terry, en claro fuera de juego, con un taco magistral mandó el balón al fondo de la red decretando el 3-3 final. El capitán también festejó con los enardecidos fanáticos y los jugadores del Everton encimaron al juez y a sus colaboradores tras el pitazo final pues claramente habían sido perjudicados.




Con este polémico empate, el Chelsea mantiene la catorceava posición con 25 unidades y todavía no logra consolidarse en mitad de tabla. Aunque considerando el desarrollo del partido, está claro que una unidad es mejor que nada, sobre todo cuando se viene de estar 0-2 y 2-3 abajo en un mismo partido. La actitud y la vocación ofensiva están recuperadas, el trabajo de Hiddink ahora deberá centrarse en conseguir darle a este equipo su estilo de juego, uno del que ya se están viendo retazos pero que aún necesita rodaje. El Everton, por su parte, sigue con su irregularidad y sale como perdedor de un partido que jugó muy bien pero que perdió debido a la insistencia del rival y al pánico escénico que contrajo cuando se puso en ventaja. Con 29 unidades sigue firme en la onceava posición pero necesita retomar la senda del triunfo si es que quiere luchar por un pasaje dentro del tren que va hacia Europa.




Ficha Técnica:

Chelsea (4-3-3): Courtois; Ivanovic, Zouma, Terry, Azpilicueta; Matic (Oscar), Mikel, Fábregas; Willian, Diego Costa (Remy) y Pedro (Kenedy).     Entrenador: Guus Hiddink.

Everton (4-2-3-1): Howard; Oviedo (Funes Mori), Jagielka, Stones, Baines; Barry, Besic; Lennon (Deulofeu), Barkley (Pienaar), Mirallas; Lukaku.     Entrenador: Roberto Martínez.

Amonestados: Funes Mori (EVE); Terry (CHE).

Expulsados: No hubo.

Goles: Costa 64', Fábregas 66', Terry 90'+8' (CHE); Terry EC 50', Mirallas 56', Funes Mori 90' (EVE).

Árbitro: Mike Jones.

Estadio: Stamford Bridge (Chelsea).



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