Fuente: @premierleague |
El equipo de Louis Van Gaal sigue sin poder ganar ni convencer en la Premier League, esta vez el rival era el Newcastle United, que sin duda dejo en los fans un sabor a victoria luego del sufrido empate 3-3 en casa. Lo que para el Manchester fue un fracaso para el Newcastle fue un gran logro.
El partido comenzó con una actitud dominante del equipo
visitante, los Diablos Rojos estaban ejerciendo una presión altísima con todos
corriendo y presionando en tres cuartos de cancha, lo cual dio resultados temprano en el
partido, cuando dicha presión forzó un penal que el gran capitán Wayne Rooney
pudo capitalizar para poner a su equipo 1-0 arriba.
El partido luego fue perdiendo intensidad, siempre con un
claro dominio del Manchester United, hasta que en el minuto 39’, Jesse Lingard convirtió
el segundo para los Diablos Rojos. Así es, el Manchester después de mucho
tiempo volvía a liderar un partido por 2-0, como hace tanto no se veía. Los
hinchas que habían viajado a Newcastle volvían a soñar con ese Manchester
temido en toda Inglaterra, pero esta alegría no duro mucho porque al finalizar
el primer tiempo, en el minuto 42’ los locales lograron el descuento con un disparo
de Georginio Wijnaldum, dejando así el marcador 1-2 para ir al entretiempo.
Cuando comenzó el segundo tiempo la presión ejercida por el
equipo visitante durante la primera mitad comenzó a pasar factura, el rendimiento
de los jugadores bajó notablemente y Ander Herrera y Martial desaparecieron del
terreno de juego totalmente. Al mismo tiempo el equipo local aumentó su rendimiento
y aprovechó todas las ventajas que daban los Diablos Rojos, logrando el tan deseado empate mediante un
penal concedido gracias a un error infantil de Cris Smalling en el minuto 67’,
que luego Aleksandar Mitrovic ejecutó magistralmente dejando sin oportunidades
a David De Gea que se lanzó hacia el lado contrario. De nuevo 2-2, de nuevo empate,
una vez más el United en crisis y sin poder ganar.
El partido siguió el mismo curso por los próximos 10
minutos, donde se veía más cerca el tercero del Newcastle que el del Manchester. Sin embargo, y contra todo pronóstico, Memphis Depay que había ingresado unos
minutos antes por Lingard, hizo una jugada de esas que hacen recordar a los
mejores momentos de Cristiano Ronaldo con la camiseta roja, surcando a toda
velocidad por la banda y luego haciendo un recorte a la derecha, haciéndose camino
hasta la portería rival buscando un buen ángulo de disparo. Cuando estaba
frente al arco remató con potencia, pero el tiro fue bloqueado por un defensa y el rebote derivó en el alma del United, Wayne
Rooney, que controló el rebote y la colgó del ángulo del portero al minuto 79’. Un gol hermoso, un disparo magistral, de esos que hace tiempo no se le veían al número 10 del equipo para que una vez más el United tenga la delantera y saboree la victoria
con solo diez minutos por jugarse más el tiempo adicionado.
El tramo final sin dudas fue frenético, puesel Newcastle no quería
perder, y el Manchester quería asegurar la victoria a toda costa. Fellaini pudo cerrar el
partido, pero el guardameta local logró detener el cabezazo, e inmediatamente después sobre el minuto 90 llegó el empate de los locales con un
remate poderosísimo del lateral nacido en casa, Paul Dummett, puro talento local. Un disparo desde fuera del área que impactó en Smalling, el cual desvió el balón y
lo hizo inalcanzable para De Gea, que solo pudo ver como este se colaba
en el ángulo superior de su portería. Llanto para los rojos y alegría para los
locales, la afición grito ese empate como una de las victorias más esperadas de
los últimos tiempos.
El partido termino y una vez el Manchester no podía conseguir
los 3 puntos. Bajó una posición en la tabla y se encuentra actualmente sexto, lejos de los puestos de Champions League, quedando claro que el equipo no funciona y que LouisVan Gaal tampoco. Pero al menos fue el primer partido en mucho tiempo que al equipo se
le vio una intención de atacar.
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